La rosa es una especie cuyo origen se sitúa en Asia y se remonta algunos millones de años atrás, aclimatándose posteriormente a las distintas zonas templadas del planeta.
Egipcios, persas, griegos o romanos, entre otras civilizaciones, ya valoraban las cualidades de belleza, fragancia, delicadeza,…, de la rosa, su perfección, y la vinculaban a sentimientos como el amor o el deseo. Su cultivo en jardines era frecuente en la antigüedad: jardineros chinos (3.000 años a.C.) y romanos ponían de manifiesto en los jardines la pasión que se sentía por la rosa.
Hoy día, esta flor sigue siendo un auténtico símbolo para expresar sentimientos tales como amor, amistad, respeto,… Y su uso para flor cortada o cultivada como planta en maceta, en jardinería, paisajismo, etc. goza de muy buena salud en la actualidad, también en nuestro país.
Tradición y modernidad
Dejando a un lado las citas para profesionales, numerosas ciudades españolas –al igual que ocurre en otros lugares del mundo– celebran exposiciones, concursos y otros encuentros donde la rosa es protagonista.
Diversas poblaciones catalanas, caso de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat, Reus, Calella o El Vendrell son algunos ejemplos. Destacar que Sant Feliu de Llobregat lleva a cabo su Exposición Nacional de Rosas desde 1928 y Reus celebra ininterrumpidamente desde 1948 su Concurso Exposición Nacional de Rosas.
También Madrid realiza cada año su Concurso Internacional de Rosas Nuevas, igual que hace Barcelona. Y ciudades como Valencia recuperan una tradición –iniciada en 1956 al albergar un Certamen de la Rosa y que se había perdido en los últimos tiempos– y en 2014 ponía en marcha el I Concurso Popular de la Rosa, que celebra su segunda edición este año.
En estos eventos, la rosa cobra protagonismo desde variados puntos de vista: Unas veces tienen lugar demostraciones de arte floral, a cargo de reconocidos floristas; Otras, concursos populares de rosas; Bien exposiciones de cuadros donde la rosa es la estrella; O demostraciones de cocina en vivo, utilizando pétalos de rosa y otras flores; También exposiciones y talleres de ikebana; Además de las propias exposiciones de rosas o los concursos populares y de rosas nuevas; entre otros. Un sinfín de formas de contemplar a esta bella flor que capta adeptos en cada encuentro.
Estas actividades en torno a la rosa, amén de reflejar la gran cantidad de amigos que tiene esta flor, se convierten en una valiosísima herramienta para reclutar consumidores de rosas, en sus más variadas formas: flor cortada, planta en maceta, etc. Y vienen que ni pintados a floristerías, garden, quioscos de flores, etc., que ven cómo sus ventas crecen durante y después de la celebración de estas fiestas florales.
Por eso, es importante apoyar este tipo de actividades, que revierten en la misma ciudad, sus comercios y en la promoción de flores y plantas.
